Cortázar, Los premios, E, 227
« [...] la más abominable de las renunciaciones:
Mañana será otro día. »
Lo soltura era más parte del cuento (que el cuento en sí). Y un disco tras otro llenaban el cuarto de acordes. Su hijito de catorce años más seis, los estúpidos juegos de números que le recuerdan a la madre, a las simplistas relaciones que ¿pretenden ser astutas? No quiero ser mala de más, pero tu vástago habla con la lengua prestada de palabras que alguien, alguna vez, dijo. Broma sugerida: no echés la culpa. Soy yo no vos. Pero también soy yo y sos vos y somos todos. Todos que son nadie. Se referían a lo mismo, les robo con entusiasmo camuflado los remates. No, sólo estoy fascinada con la conclusión. Con el pasar al costado de esa manera tan particular de mirar espiando. Entendieron el escenario, las marionetas, lo puesto y lo dejado a raya. Ahí van mis reverencias. Gracias gracias (a Uds., por favor, faltaba más) y amabilidades varias.
Like every song fit (on me)
Demasiado extenso para la tercera denominación
Arenas perdidas del tiempo, dorado oscuro, blanco y negro, fotos viejas y parafraseo altanero.
Touché
Bed is gonna be really fucking cold
Bang it's over!
Adiós amigos
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